El amor hace estos milagros.
No respondía al teléfono, nadie lo había visto en una semana.
Denunciamos su desaparición, pusimos carteles con su rostro, lo buscamos durante meses.
Desesperados, fuimos a invocar la ayuda de mamá.
Allí lo encontramos. Fusionado a su sepultura. Quedó como ensimismado, casi adormecido, agarrado a un manojo de flores.
Tomé la historia a broma. Me llevó al lugar.
Mis ojos y mis manos creyeron lo que mi mente no podía admitir.
Sedente, rígido, cinéreo. Fosilizado.
Yrum, un beso