Tu trampa
Tu y yo somos incompatibles, en mi anidaron las reivindicaciones femeninas desde la más tierna infancia y tu eres de esos a los que le gusta mandar, tener la última palabra, ponerte por delante en todas las cosas, ser admirado y relegar a la mujer al terreno de lo inexistente, del placer sexual, procreadora de tus descendientes, todo títulos necesarios para ser bien visto en la sociedad de machos: “padre de familia”. La mujer que tu necesitas es diferente a mí, una mujer machista que acepte sin más tus máximas o tal vez egoísta que le importe un pito lo que pienses con tal de pillar cacho o pudiera ser una mujer sin mente, lo tendrías muy fácil. Pero yo no estoy a tu alcance.
No gracias, no necesito que cambies por mí, no lo harás, tus palabras las pone el deseo en tu boca, no la cordura. No caeré en esa trampa, no lo haré otra vez.
Yrum, un beso